Hay países que viven de las exportaciones, unos de cacao, otros de café, plátano, animales o cualquier cosa que quepa en una caja (si no cabe, se hace una). Pero hay un país en Suramérica especializado en exportar cigarrillos no hechos de tabaco y azúcar que no fue extraída de la caña de azúcar, mucho menos de la remolacha.
Desde que salió al mercado, muchos años atrás, estos artículos no fueron aceptados por los productores tradicionales de tabaco y azúcar, quienes, en su mayoría eran gobernantes o terratenientes, llegaron al acuerdo de prohibir su distribución, marcándola como mercancías ilegales.
Ya en nuestros días, hay países que han legalizado la venta y distribución de estos artículos poco convencionales, esto ha beneficiado al país Suramericano en gran manera, porque la mayor parte de los productos son exportados por este país. Pero en ese país son ilegales los cigarrillos y la azúcar “especial”. Qué ironía esta.
¿Y por qué el gobierno no sube las montañas en las que son cultivados para destruirlas plantaciones? Porque los agricultores tienen mejores armas y están en mejores posiciones de defensa.
¿Por qué no le piden ayuda a “la súper potencia del Norte” para que queme los cultivos? Porque uno de los pilares de la economía de esa potencia está anclado a este país. Es una empresa dedicada a bebidas carbonatadas, que originalmente era usado como jarabe contra la toz y tenía un color verde.
La empresa anteriormente mencionada usa esta “azúcar” como uno de los ingredientes de su bebida mágica que, por alguna razón, causa un pequeño deseo irresistible de seguir tomándola.
Hay cosas en el mundo que sencillamente los gobiernos no quieren admitir, pero la verdad es que la ciudadanía prefiere vivir una mentira.
Abre los ojos.
